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Amigo Corrales:
Tu hija ha tenido la generosidad de enviarme personalmente un mensaje comunicándome la triste noticia de tu fallecimiento esta misma tarde. Le   agradezco sobremanera que en medio de la pena y el dolor que supone la pérdida de un padre haya tenido ese momento de recuerdo para los que compartimos contigo unos años de nuestra infancia-juventud allá en el viejo Seminario de tu ciudad natal. Esa prioridad solo puede venir del contagio que, sin duda, tú le has provocado hacia esos lugares, esas fechas, esas enseñanzas allí recibidas, las mismas que hemos compartido en estos últimos años y de las que tu eras portador privilegiado. No creo que haya otro entre nosotros que guarde en su memoria tanta información, tanta práctica asimilada, tanta sensibilidad y tanto espíritu de la época como el que tú nos has revelado en estos últimos años en que hemos tenido la suerte de compartir contigo esos viejos recuerdos y esas relaciones tan sinceras y tan francas.
     Hablabas lo preciso, pero siempre lo acertado.
     Si estábamos dilucidando el nombre más apropiado para la asociación y queríamos condensarlo en una sola palabra necesitabas muy poco tiempo para pronunciarla LA MICHELA y no necesitábamos más explicaciones. Todos pasamos por ella en aquellos inolvidables cursos iniciales.
     Si había que elegir un lugar para el Encuentro apuntabas “la ermita de Argeme” y era diana seguro.
     Si había que pronunciar palabras cariñosas para un viejo y querido profesor basta leer las tuyas del III Encuentro.
     Si había que cantar al Seminario con poéticas palabras nos enseñaste como hacerlo en las que pronunciaste en el V.
     Siempre llenaste los huecos que necesitábamos en los Encuentros, cubrías las faltas, estabas en el lugar oportuno y en el momento oportuno.
     Siempre al servicio de nuestra asociación. Solo pusiste resistencia en la reunión de su constitución cuando, a mi juicio equivocadamente, pero fiel a tu discreción, tu sencillez y tu buen hacer, consideraste más oportuno oponerte a presidirla, aceptando solo vicepresidirla.
     No seria justo en este momento no reconocer públicamente que tu aportación a la misma y a los Encuentros ha sido decisiva y sin duda alguna la de mayor peso en cuantos aciertos hayamos podido tener. Por todo ello tu figura y tu ejemplo, como lo han sido hasta ahora, y tu recuerdo presidirá nuestras actuaciones. El himno del Seminario con música de nuestro humilde, bondadoso, ejemplar e inolvidable padre espiritual San Honorio al que, sin duda alguna, haces compañía en las Alturas, seguirá presidiendo, con tu voz y tus manos al piano, las cabeceras de nuestras paginas en la Red y serán siempre el recuerdo mejor definido de un amigo que nos honró con su amistad desde hace mas de cincuenta años y últimamente además nos ilusionó con los recuerdos de su memoria.
     No quisiera terminar estas apresuradas letras sin manifestar mi sentimiento solidario con tu esposa y tus hijas que a diario echarán de menos tu presencia así como con tus nietos que cuando crezcan tendrán que reconocer a su abuelo, y no te quepa la menor duda que lo reconocerán, a través de ellas y del ejemplo que le diste.
     Vaya para todos un abrazo muy cariñoso.
     Y para ti, amigo Corrales, que el Señor te haya concedido ya el descanso eterno que aquí te ganaste y que cuando mañana recibas cristiana sepultura sepas que aunque nos encontremos a muchos Km. de distancia a eso de las 4.30 estaremos acompañándote y desde la distancia nadie nos podrá impedir escucharte por ultima vez tocar el órgano de la catedral y verte desfilar con paso erguido camino de la Gloria bajo los sones del “Adelante Milicia de Cristo” que tú, y solo tu podias hacerlo, hace unos años desempolvaste, letra y música, del baúl de nuestros recuerdos.
     Descansa en paz amigo Pepe y recibe mi último abrazo así como el de todos cuantos te conocimos y convivimos contigo en el Seminario.
     Málaga, 16 de Febrero de 2011

DESPEDIDA DE LA CORAL CAURIENSE A SU DIRECTOR DON JOSE DELGADO CORRALES EN SU SEPELIO EN DIA 17 DE FEBRERO DE 2011 EN LA CATEDRAL DE CORIA.

.-QUERIDO JOSÉ, QUERIDO DIRECTOR, QUERIDO AMIGO. DESDE LA EMOCION DE NUESTROS CORAZONES, HERIDOS DE DOLOR POR TU PARTIDA, CON EL RECUERDO DE TU ENTRAÑABLE CERCANIA, TUS COMPAÑEROS Y AMIGOS DE LA CORAL CAURIENSE, UNIMOS HOY NUESTRAS VOCES EN TU HONOR, ESTAS VOCES QUE TU TANTAS VECES HAS DIRIGIDO.

EN EL PAISAJE RECIENTE DE LA MEMORIA, SE QUEDAN PARA SIEMPRE ABIERTAS, COMO PALOMAS EN EL AIRE, TUS MANOS ALADAS, ACARICIANDO LA MÚSICA, ESA MÚSICA EN LA CUAL PONIAS TODA TU ILUSIÓN Y TODO TU ENTUSIASMO; TUS MANOS DIRECTORAS, CORONANDO DE ARMONIA LOS CANTOS DE TU CORAL CAURIENSE.

HOY, NUESTRAS VOCES UNIDAS SE ALZARÁN EMOCIONADAS, DESDE EL FONDO DE NUESTRAS ALMAS EN ESTE ÚLTIMO ADIOS.

HASTA SIEMPRE, QUERIDO JOSE; HASTA SIEMPRE, RECORDADO Y ADMIRADO DIRECTOR; HASTA SIEMRPE, QUERIDO Y ENTRAÑABLE AMIGO.

Cruz Diaz Marcos, Presidente