don ovidio paniagua

    No se hasta que punto la memoria me será fiel, en cualquier caso la infidelidad solo será cuestión de precisión en la cronología: semana antes, semana después o en los detalles, en cualquier caso, menores.
Os contaré:
     Pudo ser el jueves 13 de Junio, día de San Antonio.
     Corría el año 1963.
     Un grupo de chiquillos paseaba por la Isla. Iban camino de las choperas que había pasada la casa del tío ¿Pascal? Acababan de finalizar el curso cuarto de Latín y Humanidades.
     Todos sus compañeros habían abandonado ya el Seminario y disfrutaban del comienzo de sus vacaciones de verano. No les acompañaba ningún superior con lo que la alegría corría con ellos acompañada de esa libertad. Tenían toda la tarde por delante.
     En el césped que proporcionaban las sombras de las choperas unos se tumbaban, otros escarbaban en la tierra en busca de no se sabe muy bien que.     Otros entresacaban palos secos de las ramas caídas.
De pronto se reúnen en corro y, tras una comunicación semi verbal, muy parecida a la que realizan las hormigas cuando, cruzándose en el camino, juntan sus antenas como el que tropieza y se dicen todo en cuestión de segundos, se abren en dos filas de poco mas de tres cuartos de docena de alumnos a cada lado.
     En medio y antes de que comience hay un grupo de unos 5-6, van en terna. Una la encabeza Alba seguida de su cuadrilla. Otra uno que llamaban Venia. ¿Quien encabezaba la tercera?
     Con paso marcial, la cabeza erguida y la vista al frente marchaban al paso de la música de un pasodoble ante la mirada expectante de todos sus compañeros.
     ¿Alguien? con dos palos junto a la cabeza salía por el otro extremo. Pasa rozando el cuerpo de Alba que lo esquiva dándole un pase de estilo que es ovacionado por el público con unos ¡oles¡ que se repiten cada vez con más entusiasmo. Se turna el Venia; pero suena el simulacro de la trompeta y es el momento del cambio de tercio. Fernando entra en acción llevando a hombros a un minúsculo picador llamado ¿Rendo? o tal vez ¿Ángel Santos?. El astado arremete con furia como si el équido fuera irracional. Como no lo es, lo ve venir y lo evade haciendo que el picador lo derribe.
      Todo esto que puede parecer una fantasia se corresponde con la veracidad que recuerda la memoria a un hecho real y verídico ocurrido en Junio del 63 y viene a cuento para fijar esa fecha jueves 13 de Junio como referente, semana antes, semana después, cuando tuvimos los alumnos de 4º curso de ese año la ultima clase con un profesor.
      Si la clase fue de Griego o fue de Física no lo puedo precisar. Si se que no fue de Ingles porque éstas, muy escasas en número, terminaron en los exámenes de Navidad.
     A partir de entonces cada uno partió con rumbo distinto. Unos, la mayoría, fuimos al Seminario de Cáceres, otros a sus casas y en busca de un trabajo. El profesor siguió allí dando sus clases.
     Pasaron muchos, pero que muchos años, y aunque de griego solo recordemos y no con mucha precision, aquello de que "dental ante sigma y kaspa desaparece del mapa" y de física lo de "potencia por su brazo igual a resistencia por el suyo" siempre quedan otros conceptos como "energías del mismo signo se repelen y de signo contrario se atraen" entre otros.
      No se si las energías que nos dominan son del mismo o de distinto signo pero al igual que a aquellos chiquillos que remedaban la batalla taurina les ha dado por reunirse y llevan ya dos años seguidos juntándose un día en el verano, así también el profesor que en aquella época se quedo allí impartiendo sus clases a otros compañeros que pasaron después, como antes lo habían hecho multitud de los que nos precedieron, permanece en el recuerdo, creo que de todos.
     Pero sigamos soñando realidades.
     Estamos en la clase de 4º la que esta junto a la escalera. Suena la campana. Como estaba alguien explicando en voz alta el tema del día no pude precisar bien los golpes que dio. Posiblemente Luciano Duran acaba de tirar 3 veces de la cuerda, posiblemente dos tríos, no puedo precisarlos. Solo se que indica que ha finalizado la clase.
     El profesor tiene el tiempo justo para abandonarla y dar paso a una nueva.
     Fuera en la puerta espera un joven pero maduro profesor de andares erguido, dando cortos paseos a la espera de poder entrar. Con una puntualidad alemana y con gesto formal, que no serio, se dirige a la tarima. Con precisión calculada toma asiento, abre el libro, saca una especie de cartón redondo como si fuera la tapadera plana y redonda de una caja de galletas y haciéndola girar sobre si misma la deja caer sobre la mesa a la vez que, mirando hacia el techo, pone el bolígrafo sobre el disco de cartón ya parado para, posteriormente observando con precisión de relojero experto, cantar en voz alta un nombre y dos apellidos que corresponden al afortunado que debe salir a decir la lección correspondiente a ese día.
"Onos acusas tetigon odonton" pudo ser la lectura en griego. El alumno como si acabara de tirar el disco mira hacia arriba esperando la inspiración del Espíritu Santo y empieza como atrancado: "Una ...   cigarra..... Una cigarra..... " y el Prof. que ya no tiene necesidad de mirar arriba, mira al alumno y viendo en él hasta el interior de su cerebro zozobrante y haciendo gala del humor que le permite su rectitud y sin que ello sirva de menoscabo al alumno mas que para poner en evidencia que debe apurar mas su preparación, en un seudo intento de ayuda le dice: "será un cigarro puesto que es masculino y no una cigarra".
     Desgraciadamente el alumno no puede dar fe de esta anécdota porque nos dejo hace ya una docena de años. Pero seguro que más de uno la recuerda y hasta es posible que el mismo profesor la recuerde por haberla repetido en mas ocasiónes.
     Después de tantos años, 45 hará en la segunda quincena de Junio, nos preguntábamos que seria del profesor hasta que hace tan solo unos días, concretamente el viernes santo día 21 de Marzo, alguien ha dado con él.
Y como muestra de ello aquí tienen Vds. un reportaje grafico del encuentro: PINCHAR AQUI PARA VER