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Acta del V Encuentro ("Coria1960")
L ANIVERSARIO
(14 de agosto de 2010)

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ASOCIACION ""LA "MICHELA" C O R I A 1 9 6 0

coria1960@yahoo.es

Si tienes fotos de la epoca mandalas a nuestra WEB al correo coria1960@yahoo.es y podremos incluirlas en el album que está haciendo nuestro compañero Fernando Domínguez Almaraz Si tienes algun articulo, anecdota, experiencia relativa al Seminario mandalas a nuestra WEB al correo coria1960@yahoo.es y lo incluiremos en el libro-memoria que estamos confeccionando

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NOTICIAS ULTIMA HORA

Como se acordo en el anterior Encuentro este verano se rendiria homenaje a
nuestros antiguos superiores
D. CEFERINO MARTIN CALVARRO
Y
D. FRANCISCO RONCERO ALBA

CASA DE LA CULTURA

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Vista parcial del salon de actos a la izquierda

Vista parcial del salon de actos a la derecha

Coria, sábado 14 de agosto de 2010. V Encuentro.

Como todos sabéis la asociación de A. A. del Seminario Menor de Coria1960. “La Michela” en su asamblea del encuentro anterior acordó hacer un homenaje a nuestros antiguos superiores D Ceferino Martín Calvarro  y D Francisco Roncero Alba, como ya se lo hiciéramos en su día a D. Ovidio Paniagua García.
 Cumpliendo ese encargo estamos hoy aquí. 
Pero siempre que hay un grupo de personas parece lo mas lógico que se hagan las presentaciones de rigor y es lo que vamos a hacer en este momento.

En la mesa se encuentran en estos momentos: 
De izquierda a derecha
D José Delgado Corrales, vicepresidente de la asociación 
D. Francisco Roncero Alba superior de 3º y 4º en 1960
D. Juan Valle Barbero, Sr. alcalde de la ciudad 
D. Francisco Cerro Chaves Sr. obispo de la diócesis
D. Ceferino Martín Calvarro, superior de 1º y 2º en 1960
D. Ángel Santos Sánchez, secretario de la Asociación
Y quien les habla, Julio Martín Domínguez como presidente de la misma.

Una vez presentada la mesa a los asistentes no seria correcto no presentar los asistentes a la mesa y a cada sector de la misma.
SR. OBISPO.
Los aquí presentes, acompañados de nuestras familias y de otros compañeros que también han querido unirse a nosotros, somos una representación de los que formábamos el Seminario Menor de Coria en los años 60. Cuando Vd., hoy máximo responsable,  probablemente y por razones de edad, aun no había ultimado la idea de entrar en él.
Creemos representar, tanto los que siguieron y llegaron como los que por unos motivos u otros nos quedamos en el camino, aquel Seminario. El Seminario de Coria de 1960. 
Siguiendo las enseñanzas que con evidente sagacidad estudiantil recabábamos de nuestro inolvidable rector D. Manuel Dura Sanz, el sacramento del orden sacerdotal imprime carácter. “una especie de sello que te marca de por vida, solía decirnos, aun en el caso mas extremo de estar excomulgado por la iglesia”. Pues bien, sin entrar en disquisiciones teológicas yo me atrevo a añadir que ese sello te lo va imprimiendo poco a poco el Seminario. Que la ordenación presbiteral solo es el final del mismo. ¿Como explicamos si no el concepto tan glosado entonces entre los que nos salíamos de que llevábamos puesto una especie de sello que nos distinguía desde lejos en la sociedad en la que nos veíamos obligados a empezar a navegar con las consiguientes dificultades?
Aun hoy si hiciéramos una investigación arqueológica entre nosotros no seria difícil encontrar sustratos del mismo tanto en nuestro carácter como en nuestra forma de ser.
En cualquier caso quiero que sepa, y creo no equivocarme si afirmo, que las enseñanzas entonces recibidas perduran en nuestra filosofía de vida. Si eso forma parte del sello o no, lo podemos definir en otro momento.
Y dicho esto, quiero aprovechar para agradecer a la Iglesia como institución, a través de su persona como jerarquía de la misma, las oportunidades que nos dio entonces. Si tuviéramos que darle un nombre actual al Seminario de entonces yo propondría el de la universidad de los pobres. Aquí veníamos normalmente quienes no podíamos ir a otra parte. Por el coste mas reducido o incluso por el coste nulo según los casos. ¡Cuantos, formados en el, nos hemos podido dedicar posteriormente a la enseñanza, la medicina, la banca, la empresa privada, la administración etc.! Creo que no solo nosotros sino la sociedad en general tiene con la Iglesia y particularmente con sus instituciones esa y otras deudas de gratitud.
Gracias por su generosa presencia.

SR. ALCALDE.
Como anfitrión en esta casa quiero presentaros a los que allá por los años 60 en terna y ataviados de sotana, arropados con el manto y adornados con la beca, la medalla y el bonete conformábamos aquella estampa tan típica entonces de esta ciudad dirigiéndonos bien a los Cuestos bien a la Cepansa, bien a la Ermita de Argeme o simplemente a la catedral entre otros lugares
Fuimos durante algunos años  habitantes de hecho de esta ciudad, a la que llevamos dentro y queremos como nuestra segunda patria chica, pues no en vano pasamos aquí aquellos años adolescentes formando una piña y una amistad que, tras medio siglo,  nos viene empujando a reunirnos año tras año siendo este el V consecutivo que lo hacemos.
Somos  los mismos que en alguna ocasión y tras algunos Km. de carretera hemos dado un rodeo para entrar en Coria y enseñársela a nuestros hijos o nuestros amigos.
Mal entenderíamos aquel Seminario sin Coria y nunca entenderíamos Coria sin aquel Seminario.
Todos recordamos los comienzos de curso cuando en la capilla del Seminario se repartían los meritos académicos del curso anterior, en la presidencia, junto al altar mayor, se encontraba siempre la institución   que Vd. ahora preside.
Hoy y aquí también esta representada por Vd.,  su más alto representante al que aprovechamos para dar las gracias por su presencia, por la colaboración prestada desde el primer momento y por dar continuidad hoy a esa relación histórica con nuestro Seminario Menor de Coria de 1960.
Gracias por todo.

A LOS MIEMBROS DE LA EJECUTIVA
No necesito presentaros a los asistentes pues somos sus representantes en esta mesa. Solo recordaros que son ellos con su presencia, con el ánimo  que nos infunden los que hacen posible que hoy por quinto año consecutivo podamos reunirnos.
Nos propusimos renovar las relaciones entre nosotros, cortadas y perdidas durante muchos años y lo hemos conseguido en gran medida. 
Nos propusimos agradecer la formación recibida y hace 2 años con el homenaje a D. Ovidio y ahora con el homenaje a nuestros antiguos superiores Calvarro y a Roncero lo estamos consiguiendo. 
Cuando en el próximo Encuentro ultimemos la confección del álbum-fotográfico histórico que lleva el compañero Fernando Domínguez Almaraz y del que ya dio un avance el Encuentro pasado 
y del libro-memoria que llevo yo mismo y del que llevamos ya un buen elenco de aportaciones recogidas de diversos orígenes y al que desde esta tribuna os invito a participar a todos con vuestros recuerdos, anécdotas, valoraciones y en definitiva con lo que vosotros consideréis oportuno, culminaran nuestro propósito.
¿Conseguidos estos objetivos debemos considerar concluida la utilidad de la asociación y disolverla?
Pienso que en modo alguno. Invito a todos los que tengan ideas a realizar y objetivos a conseguir los pongan de manifiesto y asuman incluso responsabilidades que otros cederemos con mucho gusto en beneficio de un mejor funcionamiento de la causa común. Caso contrario intentaremos trabajar en la unión de todos los compañeros que en diversas épocas pasamos por la misma experiencia y como esta “enfermedad”  entre comillas que nosotros tenemos es ya casi una epidemia como podemos apreciar a poco que nos asomemos por la Red intentaremos también establecer lazos y aunar esfuerzos para intercambiar experiencias con otras asociaciones similares, que las hay por toda la geografía patria, y cuyos enlaces pondremos en nuestra Web WWW.LAMICHELA.COM cuando el  tiempo y las ocupaciones del aficionado web master lo permitan.
Gracias por el esfuerzo realizado por todos.
Y finalmente 
QUERIDOS SUPERIORES CALVARRO Y RONCERO
Los que estamos aquí y los que por distintas razones no han podido asistir, somos los que, agrupados en una asociación o adhiriéndonos a ella, queremos hacer un reconocimiento público de vuestra labor de hace ahora 50 años.
Queremos homenajear en vuestras personas en primer lugar a vosotros por derecho propio pero también representando además a cuantos seria difícil juntar unos porque por ley de vida no están, la mayoría, y otros por la dificultad de su localización o de su desplazamiento así como porque su incidencia fue más sectorial, mas pequeña  e incluso mas difícil de precisar.
Solo ese deseo nos ha traído aquí.
Somos los que vimos llegar en el año 1960  al Seminario a dos jovencitos que traían en sus alforjas una carga importante de ilusiones y un deseo de volcarlas con su mejor saber hacer sobre aquellos chavalillos que entonces ocupábamos aquel espacio.
En vosotros veíamos la autoridad; pero contra lo que hoy día pudiera parecer esa autoridad fue ejercida en el mejor sentido de la palabra, autoritas moral, autoritas de orientación, autoritas cuya enseñanza nos permite aun hoy, por ejemplo,  distinguir con meridiana claridad donde terminan nuestros derechos y donde empiezan los de los demás.
También somos los que veíamos en vuestra actuación un deseo de cambio. Cambio al que no me atrevo a ponerle un calificativo, pero si voy a definirlo sometiendo a la consideración de los de cursos anteriores en no muchos años estas dos citas reales, una de cada uno de vosotros.
“Si el cuerpo te pide jugar al fútbol dale gusto pero si te pide estudiar dile que alguna vez tienes que llevarle la contraria” ¿Quién se resiste a un superior con esta actitud?
La otra fue pronunciada en el Palancar. “Ni he visto nada ni he dicho nada pero los de 4º han ido a Cañaveral cruzando la sierra”
¿Quién no se acuerda de las dificultades en atravesarla?
¿La disciplina era tan férrea o nos incitabais a, dentro de un orden, revelarnos contra la rutina?
Bien nos conocéis y bien os conocemos por lo que en aras a la brevedad, solo añadiré que si antes he dicho que el Seminario nos dio a todos una oportunidad ahora digo que vosotros  nos disteis a algunos una segunda; pues siempre atribuí a vuestra reciente incorporación al Seminario, mi reingreso tras haberme salido el año anterior,  algo sin precedente conocido,  así  lo hicieron también en esa misma fecha otros dos compañeros.
Y ahora ya tras hacer todas las presentaciones,  y daros las gracias a todos por hacer con vuestra presencia que lo de hoy sea una realidad; damos la palabra a la ciudad de Coria por boca de su más alto representante el Ilmo.  Sr.  Alcalde D. Juan valle.
Muchas gracias.

DISCURSO FRANCISCO RONCERO,
HOMENAJE CORIA 14 DE AGOSTO DE 2010
Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo
Ilmo. Sr. Alcalde de esta noble y vetusta ciudad de Coria.
Amigo  y compañero Ceferino
Mis queridos primeros alumnos a quienes siempre he recordado con cariño.
Familiares, amigos y amigas que con gozo y alegría compartís este acto.
Mi agradecimiento de todo corazón a los dirigentes de la asociación La Michela  y de manera  especial a Julio Martín y sus colaboradores, que con tanto entusiasmo y esfuerzo habéis organizado este acto de homenaje a dos de vuestros profesores que hace ya cincuenta años comenzaron a impartir sus primeras clases a vosotros, sus primeros alumnos.
Muchas gracias por haberos acordado de estos dos viejos profesores para honrarlos y agradecerles las muchas horas que dedicaron a vuestra formación y educación. En estos días en que la sociedad no valora la labor del profesor, en los que los enseñantes  son tratados muchas veces con poco respeto e incluso se les insulta y agrede en ocasiones, vosotros habéis dado un buen ejemplo con este acto de agradecimiento que os honra.
Muchas gracias también a los que con tanta generosidad y sacrificio habéis querido honrarnos con vuestra presencia: al Sr.Obispo y al Sr.Alcalde, a todos nuestros primeros alumnos, familiares amigos y amigas que han querido asistir y compartir este momento con nosotros.
¿Quién me iba decir a mi que iba a disfrutar después de 50 años en un acto tan simpático como este con muchos de aquellos adolescentes unos más dóciles y otros más traviesos, unos con cara de buenos y otros con cara de pícaros?
Habéis escuchado algunos datos biográficos que mi hija Noemí, con paciencia, ante el ordenador ha ido transcribiendo mientras yo se los narraba. Algunos hechos referentes  a mi convivencia con vosotros quisiera yo resumirlos y comentarlos:
En el mes de mayo de 1959 Cando me hallaba ocupado preparando el examen final de mi licenciatura en la Universidad Gregoriana, recibí una carta del obispado indicándome que mi destino para el próximo curso sería el Seminario Menor de Coria. Sinceramente, para mi fue una contrariedad porque esperaba estar un curso más en Roma para hacer el Doctorado. Así pensaba también mi profesor el Padre García Villoslada y con este fin escribió al Obispo con resultado negativo. Mi licenciatura en Historia de la Iglesia parecía mas orientada al Seminario Mayor, donde se impartía dicha asignatura. Pero mi deber era obedecer y aceptar lo que el obispo me ofrecía. 
Regresaba de Roma con una mentalidad nueva, llena de ilusiones y proyectos de reformas ¿serían  posibles reformas educativas y disciplinarias en el Seminario Menor? En mi mente resonaba la palabra  AGGIORNAMENTO que en aquellos días se oía mucho en los círculos reformistas de Roma. Era una palabra que significaba poner al día que había utilizado JUAN XXIII en el documento en que anunciaba la apertura del Concilio Vaticano II.
A primeros de Octubre comenzó el curso 1959-1960. el seminario se llenó de vida. Una algarabía de chiquillos que subían y bajaban escaleras ocupaban pasillos y dormitorios…era el bullicio del primer día. El día siguiente, ya todo en orden, comenzó a funcionar el nuevo curso. Se me encomendó el cuidado y vigilancia de los cursos 3º y 4º como precepto de disciplina(ahora los llaman educadores, que me gusta más). Como profesor se me asigno impartir clase de latin al curso de 4º. Me propuse como objetivo que dominasen la sintaxis latina que les serviría también para perfeccionar el español. Para la traducción seleccioné fragmentos de varios autores en prosa y en verso con la finalidad de que los alumnos conociesen la variedad de estilos y expresiones latinas:
Cesar  “ De Bello Gallico”, 
Tito Livio  de su historia de Roma elegí el fragmento de la Segunda Guerra Púnica “ El paso de los Alpes por Aníbal “ 
Tacito,  algunos  fragmentos de sus  “Anales” especialmente el Incendio de Roma por Nerón. 
Entre los autores en  verso:
Virgilio ,   alguna Eglogas sencillas, 
Ovidio,  Los Tristes  de entre ellos el primero Cum subit illius , en que narra la  última noche que pasó en Roma antes de  marchar  hacia  el destierro ordenado por Augusto.
Y principalmente de Horacio algunas odas más asequibles  como el “Beatus Ille “ que tanta influencia ha tenido en la literatura española. 
Los contenidos eran más o menos amplios según el nivel medio del curso, aunque siempre he seguido la norma del poeta latino  “ NON MULTA SED MULTUM”  no cargar a los alumnos con muchos conocimientos sino más bien que entendiesen el profundo significado de lo aprendido.
¿se consiguió algún cambio reforma en el campo educativo o de la disciplina? 
Voy a enumerar algunas que obtuvimos con paciencia , insistencia y tesón:
Primero; conseguimos que los chicos pudieran jugar al futbol en traje de deporte. Consistía éste en un pantalón azul y una camiseta amarilla. Fue una importante novedad cambiar el baby o la sotana por el nuevo uniforme deportiva. Se formaron cuatro equipos para jugar una liguilla. Recuerdo el entusiasmo y la emoción de muchos de vosotros cuando bajábamos a La Isla para jugar el partido correspondiente.
Segundo; cambié la lectura en el comedor. Antes se hacía leyendo algún libro que pocos ponían interés en escuchar, ahora se hacía leyendo la prensa diaría. Compraba el periódico y señalaba las noticias más interesantes para estar al corriente de la actualidad, así como el deporte.
Tercero; se representaban con frecuencia obras de teatro: comedias, dramas y sainetes en los que iban participando los alumnos de distintos cursos. Recuerdo algunos títulos como “ Un alcalde en Aragón” y “Los dos sargentos “, etc. Se conservan muchas fotos sobre estas representaciones. Con ellas se pretendía: favorecer el hábito de hablar en público, ejercitar la memoria y la expresión oral.
Cuarto; pero la reforma educativa más importante fue el cambio de plan de estudios. Fui nombrado precepto de estudios tras la dimisión de Don Ovidio aunque mi nombramiento no apareció en ningún documento oficial, quizá para ahorrarse la paga correspondiente. Se pidió  permiso al Obispo para que permitiese cambiar el plan de estudios. No muy convencido su respuesta final fue afirmativa. La solución era muy sencilla hacerse con el plan de estudios del Instituto para Bachillerato Elemental y adaptarlo al seminario. El principal fallo de los estudios en el seminario eran las matemáticas sólo se estudiaban en 3º y 4º. Se puso clase diaria de matemáticas desde primer curso y también de latín que eran las dos asignaturas más importantes en el examen de reválida en4º de bachillerato elemental. Esto facilitaba la convalidación de estudios para los que dejaban el seminario.
Quinto; se cambiaron los libros de texto aquéllos que no tenían ni un solo dibujo fueron sustituidos por los de ediciones S.M. que tenía muchas ilustraciones y eran más didácticos y amenos con numerosos ejercicios prácticos.
Para terminar quiero manifestaros  que es  para nosotros una inmensa alegría comprobar que las enseñanzas del Seminario os sirvieran para realizar otro estudios superiores que os han proporcionado una profesión digna: abogados , médicos , maestros, ingenieros, periodistas, empresarios… esa era mi preocupación máxima y la de Don Ceferino que nuestras clases junto con la de los demás profesores os hicieran en el futuro  hombres útiles a la sociedad. También nos alegramos de veros a todos tan bien ( muchos ya padres de familia incluso abuelos ) acompañados de estas mujeres tan simpáticas con fuerza todavía para disfrutar de una vida familiar y social.
Sed felices y haced felices a las personas  que conviven con vosotros.
Dejad que se desborden tantas cosas buenas como lleváis dentro: aquéllos valores que os inculcamos en los años tiernos de vuestra adolescencia: la amistad, la generosidad, la sinceridad, la austeridad, el sacrificio y el esfuerzo y tantos otros que os hacen distintos.
Y termino: a los que habéis organizado este acto y a los que con generosidad 
participáis en él, 
Gracias!
Gracias!
Gracias!

CORIA 14 de agosto de 2010.
     Nuestro buen amigo Julio, Presidente de la Asociación “La Michela”, se empeña en ponerme contra las cuerdas para que, en nombre de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario de Coria, os dirija unas palabras en este Quinto Encuentro. Y yo, que no. Y él que sí, que debo hacerlo como Vicepresidente y como coriano. Os confieso que acepté la vicepresidencia un poco como decano de los fundadores de la asociación, digamos que en condición de cargo honorífico. Lo de coriano ya es otro cantar. Luego os diré por qué.
     En el ánimo de todos está, estoy seguro, seguir manteniendo, afianzando  y consolidando estas convivencias  anuales. Y no es que pretendamos sembrar de añoranzas esta mañana, no. Lo que perseguimos es llenarla, pletórica, de recuerdos. Mañana para reavivar viejos lazos de amistad, nacidos al calor de una infancia común. Mañana para asomarnos de nuevo, con cariño y agradecimiento, a los mismos cimientos donde se fraguaron, un mucho, nuestro propio futuro, nuestra personalidad y nuestra formación. Mañana para vivir juntos, un día más, lugares comunes que marcaron infaliblemente una forma de ser y entender la vida.
     Pero, os decía al principio que soy coriano. Algunos me califican como “coriano de pro”. Nunca filosofé sobre ello. Sencillamente me siento coriano, de antes y de ahora. Y lo digo porque muchos de vosotros, al entrar en la ciudad por la carretera de Cáceres, o por la de Plasencia, o por el norte, bajando desde la frondosa sierra de Gata o desde las hermosas y míticas Hurdes, habréis hallado pocos rastros del Coria que amasó nuestra infancia. Y por ello la nostalgia se vuelve agridulce y una sensación íntima de que nos han robado un paisaje produce en nosotros cierto dolor de ausencias. Así es, porque la modernidad y el progreso cambió por chiringuitos y polideportivos  “nuestra isla”, la de los improvisados campos de fútbol y de frontón, contra los muros del Puente Viejo, aquella “isla” que cada tarde se llenaba de gritos y silbatos. Y tras sus añosos álamos enmudecieron los antiguos eucaliptos camino de los Cuestos de Mínguez, eternos testigos de largos paseos en rigurosas ternas. Desaparecieron también los Puentes de Moraleja adonde los días de fiesta, atravesando la ciudad, nos acercábamos con manto y beca.
     Pero el tiempo se llevó también retazos de la vida que entonces comenzaba a nacer en nosotros: Se llevó las sarmentosas manos de Marceliano, calientes al brasero de su garita, a la entrada del viejo caserón, que nos repartía café de su entonces contrabandista Ceclavín y nos entretenía con sus juegos de mano, de trucos inocentes que a veces, entre risas, descubríamos. Se llevó los pretéritos y supinos de D. Gregorio, y su minúsculo lápiz que rayaba una libreta mil veces reutilizada. Se llevó el humo de los caldos de gallina de D. Manuel, el rector, y sus broncas al leernos, cada mes, las calificaciones, si no contenían algún “meritissimus” o al menos un “notabiliter meritus”. Se llevó la febril actividad de D. Leopoldo y su abultada cartera de piel llena de notas de contabilidad, escritas a mano con trazos casi lineales, ininterrumpidos, como si hubieran sido escritos por un amanuense del siglo XVII, y encuadernadas con goma arábiga; notas que se mezclaban con banderines “pro nuevo templo” y con la gramática castellana de Penagos, de largas hojas desplegables mostrando amplísimos cuadros sinópticos de oraciones subordinadas que bien creo –ateniéndome hoy a sus explicaciones de entonces- ni él mismo entendía. Se llevó el birrete negro de D. Santiago, que tan pronto aparecía sobre el armonium del coro, sobre el piano de cola de su cuarto,  sobre una jaula de canarios o en el último estante de su copiosa biblioteca. Las finas páginas del Espasa- Calpe o de la colección de la BAC siempre estaban, irremisiblemente, granuladas con alpiste de pájaros o posos de café de la última tertulia clerical. 
     Se llevó la campana del claustro, testigo de largas filas madrugadoras camino de la capilla, a gélidas horas, donde nos esperaba, envuelta en durmientes silencios, la meditación. A duras penas lograba abrir nuestros párpados una voz chillona que surgía desde el púlpito, coronado por un ángel trompetero encaramado en el tornavoz, que machaconamente y a intervalos bien definidos pretendía que nos centráramos en el “punto 1º”, en el “punto 2º” o en el examen particular. Buen método para introducirnos en los insondables senderos de la ascética y la mística. Se llevó las colas ante el confesonario de D. Honorio y sus letánicas frases de amable acogida.”! Quién siempre os hubiera amado, quién nunca os hubiera ofendido!”.
     Se llevó el “Pater emón, ó en tóis uranois” que D. Ovidio nos echaba de “pensum” y la voz media y los verbos con reduplicación que analizábamos en la Anábasis de Jenofonte. Se llevó los “!caramba, chico!” de D. Pedro “chori” y los ablativos absolutos que estudiábamos con D. Ramón en la gramática latina de Goñi-Echeverría y aplicábamos en textos de César, Salustio y Virgilio, que él leía alternando subidas y bajadas de voz, como si estuviera entonando los “scandicus”, “salicus” y “porrectus” de una antífona gregoriana.
     Y se llevó aquellas inolvidables excursiones en el camión del Rubio en las que nos desgañitábamos vivos con el repertorio de canciones a propósito, sin atisbar siquiera el peligro que corría aquel montón vociferante de muchachos que, a saber si procedía del Seminario de Coria o de alguna tribu subsahariana.
     Y se llevó las “Michelas”, aquellos dormitorios que los valencianos habían rebautizado colocando a su entrada sendas cartelas con los nombres de S.Miguel Arcángel y del Santo Ángel  Custodio, pero que para nosotros seguían siendo la Michela de Abajo y la de Arriba, un “totum revolutum” de dormitorios corridos, celdas con arcos de medio punto, alguna pequeña habitación donde D. Leopoldo alojaba a sus “pluscuamperfectos”, pasillos, escaleras, rincones…todo un perfecto escenario para, lejos de los superiores, organizar trastadas y contar, en la oscuridad de la noche, chistes y anécdotas para divertir al personal. Los más pequeños, los “pipiolos” se arropaban temblorosos al oír, procedente de la calle, el lastimero canto de los serenos “Ave María Purísima, la una y nublado”.
     Se llevó las colgaduras azules de la preciosa capilla, y los banderines y farolillos de los pasillos, y los fuegos artificiales, petardos y cohetes rastreros que eran la algarabía en las fiestas de la Inmaculada. Se llevó, en fin, miles de anécdotas y vivencias que guardamos cada uno de nosotros y que, recopiladas, llenarían un voluminoso tomo, equiparable al menos al Diccionario de Raimundo de Miguel. ¡El tiempo se llevó…qué más os voy a contar!
     Pero un año más hemos acudido a Coria. Aquel viejo seminario, asomado al Alagón, a la sombra de la catedral, sigue atrayéndonos como un irresistible imán. Alguien podría pensar que nos movió a venir la añoranza poética que encierra todo lo viejo. Algo de verdad puede haber porque las ruinas, todas las ruinas, entrañan una romántica belleza de la que carecen los planos de un edificio a construir. Pero la auténtica razón está en que el vendaval del tiempo no logró borrar todo lo sembrado en aquel viejo caserón.
     La disciplina espartana de aquellos años formó personas de carácter que se abrieron camino en todos los campos de la vida. Las largas horas de estudio aportaron mentes bien repletas de saber, profesores y catedráticos que han sobresalido con luz propia en universidades, institutos y escuelas de España. El hipérbaton y las relaciones oracionales latinas y griegas produjeron cabezas bien estructuradas y preparadas para las actividades empresariales e informáticas. Los repertorios de bellas canciones, la actividad polifónica en la “schola cantorum”, los grupos de teatro, las veladas literariomusicales, etc., perfilaron un modo de ser abierto a la cultura y a toda obra de arte. El cultivo de la amistad, la convivencia diaria entre niños de la misma edad e ilusiones fraguaron personas abiertas y comunicativas. La formación religiosa, la oración individual y colectiva, bajo la mirada única de aquella preciosa imagen de la Inmaculada de la capilla, nuestra Inmaculada de siempre, inolvidable, sin más títulos ni apelativos, quedaron grabadas en la cámara oscura de nuestra conciencia en un cliché de eterna vigencia.
     Unos llegaron a la meta, el sacerdocio; otros, por las circunstancias que fuesen, optamos por otros derroteros. Pero los valores adquiridos permanecieron. Yo particularmente –lo he confesado siempre sin ambages-, siento un profundo agradecimiento a la Iglesia por haberme regalado nueve años de estancia en el seminario. “Vita transit, charitas Christi permánet”.
     Sí, de una manera u otra, perviven muchas cosas y muchas razones de agradecimiento. Ese cúmulo de gracias y reconocimientos exigían una concreción. Y sinceramente creo que hemos acertado. Los homenajeados hoy, Francisco Roncero Alba y Ceferino Martín Calvarro, no son para nosotros dos meros nombres. Roncero y Calvarro son dos hitos en nuestra infancia. El primero, de Guijo de Coria, del alfoz de la ciudad, había estudiado en nuestro seminario diocesano; el segundo, del valle del Árrago, de Robledillo de Gata, enclavado entonces en la diócesis de Ciudad Rodrigo, lo hizo en el seminario civitatense. Procedía el primero de la Gregoriana de Roma; el segundo, de la Pontificia de Salamanca.
     Dos sacerdotes jóvenes, llegados de centros de prestigio, con una visión nueva de la pedagogía y del trato con jóvenes aparecieron en nuestra infancia. Supongo que para ellos no resultaría fácil implantar nuevos métodos en un sistema secular ,”atado y bien atado” por los jerarcas entonces dominantes. Eso sí, para nosotros supuso poder respirar. Y no lo digo en sentido metafórico, sino físico. Con ellos, una nueva brisa ventiló pasillos, clases, comedores, dormitorios, recreos…hasta la misma capilla. Con Roncero, licenciado en Historia Eclesiástica, aprendimos una nueva forma de entender la historia y la literatura, nos aficionamos a ellas, surgió el afán por la lectura, la experiencia de expresar nuestras propias vivencias por medio de la poesía, la sensación de tener un hermano mayor que nos comprendía, que jugaba con nosotros, nos ayudaba en nuestras dudas y nos embelesaba cada vez que cantaba en la catedral el “Et incarnatus est”, de la Misa de Perosi.
     De Ceferino Martín Calvarro recuerdo bien su eterna sonrisa, sus chupinazos en la isla, su saber hacerse todo para todos para ganarse a todos. Ya no me extraña que se ganara a seminaristas, sacerdotes y cuatro obispos. Porque leer su curriculum me abruma. Prefecto, profesor, párroco, director del colegio diocesano, rector del seminario, vicario general, administrador diocesano…y dos cosas para mí entrañables: confesor de una fila de gentes que él calcula sobrepasaría la distancia entre Cáceres y Alcántara…y sobre todo, haber cuidado de su padre cuando éste había superado ya el centenar de años.
    ¿Tengo que dar más razones para homenajear a estas dos personas tan queridas por nosotros? ¿A que no? Pues sólo decirles que, mientras Dios nos dé vida, ellos seguirán viviendo en nosotros, porque entonces lo fueron y ahora lo siguen siendo: dos chicos formidables. Muchas gracias.
                                     Coria, 14 de agosto de 12 agosto 2010
                                      José Delgado Corrales

HOMENAJE A MI PADRE , FRANCISCO RONCERO ALBA - 14 de AGOSTO 2010 -
Es para mi una inmensa alegría participar en el homenaje a mi padre ,  el  Profesor Francisco Roncero. Es imposible poder resumir en apenas 10 minutos su vida y experiencias , emociones y desilusiones que en estos últimos mese me ha narrado en detalle. 
Espero os quedéis con la esencia de su vida Los aquí presentes habéis sido sus alumnos y como Maestro y Educador es clara la profunda huella que ha dejado en vosotros.
Mi ventaja es que a parte de Maestro,Amigo, Educador , Confidente , también es mi Padre y ejemplo a seguir. 
Aclarar que voy a narrar en primera persona que es  como él lo ha contado; 
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Nací un  caluroso 16 de junio de 1933, en plena segunda república, en un pueblo de la alta Extremadura: Guijo de Coria.
Para mis padres; humildes labradores y buenos cristianos, fue un día muy feliz. Habían esperado con ilusión este momento de tener un hijo durante 6 años. 
Fui bautizado pocos días después en la festividad de San Pedro ( 30 de junio ). Me pusieron de nombre Francisco en recuerdo de mi abuela materna. Tres años después estallo la guerra civil  que dejó una estela de muerte , destrucción, injusticia y miseria en toda España.
Sin embargo yo no tengo consciencia de ningún sufrimiento durante la contienda. 
La idea de ir al seminario se debió de manera especial a la influencia de dos personas a las que recuerdo siempre con mucho cariño;
La primera,  fue un sacerdote octogenario llamado Don Serapio Campos.
Comencé a ser monaguillo suyo a los 6 años, cuando acababa de empezar la escuela. 
Durante todo el año decía las 3 misas dedicadas a la virgen y el CANON ordinario. 
Todo lo recitaba de memoria, sin embargo, a veces, se quedaba en blanco y no podía seguir.
Fue entonces cuando tuvo la feliz ocurrencia de pensar que yo podría solucionar su problema. Se empeñó en que tenía que aprender en latín las misas dedicadas a la Virgen y el ORDINARIO de la misa. Todos los recreos tenía que ir a su casa y alguna hora más por la tarde y poco a poco (gracias a mi buena memoria ) fui reteniendo una por una toda la materia. Luego recuerdo que estudié las dos primeras declinaciones latinas.
El sistema era muy sencillo, a las 7 de la mañana, todos los días, los dos solos, decíamos misa. 
Yo tenía que estar muy atento y cuando se paraba, decir la palabra siguiente y él continuaba,  por ejemplo,  empezaba" VULTUM  TUUM DEPRECABUNTUR”. Se paraba y yo seguía "  OMNES DIVITES PLEBIS" o " SIMILI MODO POSTQUAM CENATUM EST "  (se paraba) y yo intervenía: " ACCIPIENS ET HUNC PRAECLARUM CALICEM "  y luego seguía hasta una nueva interrupción.
La segunda persona que se interesó por el que yo estudiara fue un maestro llamado Don Tomás Camacho. Había aprobado unas oposiciones de magisterio para poblaciones superiores a diez mil habitantes.  Por motivos políticos (sus ideas republicanas)  lo enviaron a Guijo de Coria, que entonces  tendría unos mil habitantes. 
Viendo mis progresos y mi aplicación en la escuela  hizo varias visitas a mi casa para hablar con mi padre insistiendo en que  yo tenía que seguir estudiando en un instituto. Mi padre le manifestaba que su situación económica no se lo permitía.
El buen maestro  insistía en que hiciera un sacrificio. 
En contra de sus ideas, y conociendo mis relaciones con los sacerdotes, hasta recomendó que podría estudiar en el seminario donde los gastos eran inferiores y había becas para los alumnos aventajados. Lo importante era que estudiara, luego yo decidiría.  No volví después a encontrarme con este excelente maestro, pero seguro que se hubiera alegrado mucho verme como profesor de Instituto.
EN EL SEMINARIO  I
Eran los primeros días de octubre de 1945 (no recuerdo el día exacto). Serían las cinco o seis de la mañana. Salimos mi padre y yo en dirección a Coria. 
Tras 18 km en un carro tirado por un caballo y un burro llegamos al Seminario. 
Una vez alli me indicaron el lugar de mi habitación , que como era de esperar fue  en La Michela, un lugar un poco destartalado donde las habitaciones estaban alineadas sin ningún medio de separación entre ellas.
De aquellos años recuerdo con especial cariño a los Profesores 
Era el año 1945. Tras una guerra civil de 3 años, y recién finalizada la 2ª guerra mundial. Después de los llamados "  años del hambre " en España, una tremenda carestía de vida y falta de alimentos. Una situación complicada y difícil. El  menú más frecuente era el siguiente;  un plato de sopas  hechas con el pan racionado y una jícara de chocolate  o algo parecido para el desayuno.  Por la comida; cocido de garbanzos, sin carne, sólo con un tocino añejo amarillo. Y para la cena; arroz nadando en el caldo.
En cuanto a los garbanzos del cocido hay que decir que estaban rellenos. En su interior solía haber un gorgojuelo. Muchos dejaba los garbanzos en el plato. De esto tengo una anécdota  que siempre cuento como ejemplo de optimismo (la botella medio llena o medio vacía). Teníamos un compañero que no era escrupuloso y recogía  varios platos de los que no querían garbanzos. Con el tenedor señalaba un garbanzo tras otro diciendo " este tiene agujero es que el bicho ha salido, este no tiene agujero es que no ha entrado" 
A partir de los años 50  mejoró mucho la alimentación pues en el mercado circulaban más alimentos
Otro aspecto que quisiera comentar es el de la DISCIPLINA.
Era rígida en todas las instituciones, es verdad, pero en el Seminario los castigos creo que eran exagerados  y a veces injustos, pues pagaban justos por pecadores. Me refiero a los castigos generales. Por hablar dos o tres en las clases nos castigaban a todos sin recreo y muchas veces los fines de semana sin paseo, que era  el único momento  importante de expansión (sobre todo  jugar al futbol en La Isla). 
Finalmente fuimos nombrados sacerdotes el día  21 de septiembre de 1957  un grupo de 12 condiscípulos, que habíamos convivido durante 12 años. 
EN ROMA 
A finales de septiembre, en pleno gozo de mi sacerdocio recién estrenado, recibí una carta del obispado.
En ella se me comunicaba que por una unanimidad del Claustro  de Profesores, se me condecía una beca para estudiar en la Universidad Gregoriana de Roma.
Roma era un mundo nuevo para mí.  Lo primero que se palpaba era un ambiente de libertad en todos los aspectos. Aquello sí que era una democracia, en contraste con la España de aquellos años.
Estudiar en Roma ha sido una de las cosas más importantes en mi vida. La Universidad Gregoriana es la primera en el mundo eclesiástico. A ella acuden sacerdotes y seminaristas de casi todas las naciones del mundo. Todas las razas están allí representadas. Se percibe la Universalidad de la Iglesia. Los profesores  son los más selectos de la Compañía de Jesús. Aún recuerdo con verdadero deleite las clases magistrales del PADRE KEMPF, del  PADRE  MONACHINO, del PADRE GARCIA VILLOSLADA  y sobre todo  del PADRE KIRSCHSBAUM. 
Al comenzar  el 2º curso 58-59 fui testigo de dos importantes acontecimientos en el Vaticano: la muerte de Pío XII (el 9 de octubre) y la elección del nuevo Papa.
El día 9 de octubre, Pío XII moría en Castel Gandolfo. Asistí a los solemnes funerales 
Que se celebraron en la Basílica de San pedro. Era un Papa  muy querido y su muerte produjo una tristeza  general.
En el trato posterior con Juan XXIII ya desde la misa que dijo en el Vaticano solo para los residentes del Colegio Español, descubrimos las muchas virtudes que atesoraba. Era humilde, sencillo, muy cercano a los demás y se hacía querer. Nos sorprendió en las fiestas de la Inmaculada con el anuncio de la apertura del futuro Concilio Vaticano II cuya finalidad principal era el  “AGGIORNAMENTO “la puesta al día de la Iglesia lo cual suponía importantes reformas.
Lo del  AGGIORNAMENTO fue una palabra que caló en mí en muchos de mis compañeros.
Recuerdo que al terminar el examen oral en Junio de  1959  salió del tribunal para felicitarme. Insistió en que debía continuar el curso siguiente  para hacer el Doctorado. Pero yo había recibido ya una carta del Obispado  en la que se me comunicaba que el próximo curso iría al Seminario  Menor. Me respondió que era una contrariedad y  que si me parecía  bien que  él escribiera al obispo.  Yo le agradecí su interés y le di el nombre del Obispo y su dirección. Me enteré que le escribió pero no sirvió de nada.
En junio  de 1966 culminaban 5 cursos en el Seminario Menor. Me encontraba desanimado, pues las perspectivas de nuevas reformas eran poco probables. Le manifesté al Obispo que si le parecía bien me liberase del Seminario Menor con un nuevo destino. Me dijo que se lo pensaría… 
A primeros de  Septiembre recibí una carta de Secretaría del obispado en la que se me comunicaba que había sido nombrado Coadjutor de Valdefuentes. Este era el premio a mi labor desarrollada durante 5 años: estar a las ordenes de un sacerdote  cuya convivencia  era muy difícil. El 14 de septiembre llegué a Valdefuentes  y naturalmente me presenté al  Párroco, Don Eloy Maillo
Se me encomendó el cuidado de todas las asociaciones parroquiales: Acción católica, Catequesis, Cursillos de Cristiandad , Adoración Nocturna, Cáritas,  e Hijas de María. 
También organicé actividades lúdicas y representaciones teatrales con la participación de todo el pueblo.
Llevaba ya cinco años  en el pueblo. A finales del año 1969 algo se estaba rompiendo en mi interior. No era una crisis de fe, yo seguía teniendo la misma confianza en Dios. Pero no me sentía a gusto realizando mis funciones sacerdotales.
Las obligaciones que me imponía el sacerdocio me resultaban pesadas y difíciles. Consulté a quien había sido mi director espiritual en el seminario mayor, Don Pedro Moreno y pedí consejo a otros sacerdotes. Mi solución definitiva; pedir la dispensa a Roma , al entonces Papa Pablo VI. A finales de 1970 me llegó la Dispensa de mis votos  y por lo tanto mi secularización. Iniciaba  un nuevo camino en mi vida. Marché a Madrid  donde realicé la convalidación de mis estudios  obteniendo la Licenciatura en Historia y Geografía en la Universidad Complutense.
 En 1971 contraje matrimonio con la que sigue siendo mi esposa, Dioni Rodriguez.  Tenemos 3 hijas;  Raquel, la mayor, actualmente en Nueva Zelanda, donde imparte clases de español en la Universidad a Distancia. Casada con Stefan , de nacionalidad alemana, tienen un niño de 3 años  Noah.
Marisol , la segunda , también casada y con un niño de 16 meses. Ejerce  como médico psiquiatra en el Centro de salud Mental, de Alcorcón. 
Noemi, la pequeña, diplomada en Turismo y actualmente  trabaja en Viajes el Corte Ingles , departamento de Empresas , en el implant de Repsol. 
Mi esposa y yo nos hemos preocupado de que nuestras hijas tuvieran una buena educación  y además cristiana. Somos una familia que hemos procurado dar buen ejemplo ante la comunidad de vecinos, parroquial y ante nuestros familiares y amigos.
Los primeros años de mi estancia impartí clases de bachillerato en el Colegio Santa Fe. Después hice oposiciones y pasé a la enseñanza pública dando clase en varios Institutos de Madrid. Al final, los últimos 5 años  como profesor  di clases de latín para lo cual  tuve que hacer oposiciones a dicha asignatura.. Dando dicha asignatura  pasé los últimos años en el Instituto Leonardo da Vinci de Majadahonda hasta mi jubilación a los  65 años. Una vez jubilado, pensé dedicar mi tiempo libre en algo útil para los demás.
El presidente de una asociación obrera católica, las Hermandades del Trabajo, con el que me unía cierta amistad, me citó a una reunión  para pedirme colaboración y trabajar en un centro  nuevo que se iba abrir en el Barrio del Pilar. Empecé dando clases  de Historia  del Arte,  Ahora dirijo un coro de música folclórica y popular  y colaboramos con caritas en la búsqueda de trabajo para emigrantes, les damos clases de español a los que lo necesitan. Las mujeres de la asociación enseñan a cocinar y planchar a otras personas de otros países para que puedan encontrar trabajo en el servicio doméstico. Todo esto se hace gratuitamente.. 
Como conclusión, quiero hacer referencia a mis relaciones actuales con Valdefuentes  donde ejercí como coadjutor. Me unen vínculos familiares y de amistad con el pueblo. Me siento en él integrado, querido y respetado  por todos, lo mismo que toda mi familia.
Suelo pasar allí dos meses del verano  y las vacaciones de navidad y de semana santa en la casa que mi esposa heredó de sus padres. Participo en las actividades culturales. Mi primera intervención pública fue como pregonero de las fiestas patronales a petición del ayuntamiento en agosto de 1990. Durante el verano dirijo obras de teatro que suelen representar la asociación de amas de casa y también el coro parroquial en las funciones litúrgicas de las principales festividades.

Por diversos motivos nuestro amigo en funciones de fotografo, Felix Llanos, tuvo que hacerse cargo de la video camara por lo que le resulto practicamente imposible atender a la de fotos; como consecuencia hizo estas 6 fotos que por su reducido numero ponemos completo a continuacion, no sin añadir que hubo de descuidar la camara de video por lo que algunos de ellos tambien resultaron mutilados. demasiado bien se defendio y le agradecemos el esfuerzo que hizo. Gracias Felix aunque nada mas fuera por aguantar la camara a pulso todo el acto.

Las fotos que siguen estan sacadas de la camara de video por las razones expuestas anteriormente

Palabras de presentacion del presidente de la Asociacion LA MICHELA

Palabras del vicepresidente de la Asociacion LA MICHELA

Palabras de Noemi Roncero, hija de nuestro homenajeado

Palabras nuestro homenajeado D. Francisco Roncero Alba

La vista mas completa que disponemos de la mesa. Ni siquiera en el video tenemos una imagen de la mesa completa.

El secretario de la asociacion Angel Santos da lectura al acuerdo de esta nombrando socios de honor a los dos homenajeados.
ver texto inferior

Intervencion del Sr. Alcalde dando la bienvenida al acto.
Al no tener su intervencion escrita esperaremos a tener listo el video correspondiente para verlo en la seccion de videos de nuestra Web

YA ESTA EL VIDEO EN LA WEB. puedes verlo seleccionando en el menu rojo de nuestra WEB en "VIDEOS- V ENCUENTRO-CASA DE LA CULTURA

Entrega por Pedro Jose Garcia Antunez
de la Placa de reconocimiento a D. Ceferino Martín Calvarro.
No disponemos ni de foto ni fotograma en el video donde se recoja ese momento por eso hemos extraido este en que se ve con ella en la mano

TEXTO PLACA

A D. CEFERINO MARTÍN CALVARRO
En reconocimiento a la fructífera y positiva labor realizada en los años 1960 y siguientes en el Seminario Menor de Coria.
Sus antiguos alumnos y Asociación LA MICHELA
Coria, 14 de agosto de 2010

La foto recoge el gesto de agradecimiento de D. Ceferino por el aplauso que le dedicamos a su centenario padre

Intervencion de D. Ceferino Martín Calvarro
Al no tener su intervencion escrita esperaremos a tener listo el video correspondiente para verlo en la seccion de videos de nuestra Web

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Intervencion cerrando el acto del Sr. Obispo
Al no tener su intervencion escrita esperaremos a tener listo el video correspondiente para verlo en la seccion de videos de nuestra Web

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Entrega por Jose Luis Sanchez Ruano de una Placa de reconocimiento a D. Francisco Roncero Alba. Aqui el camara estaba ya mas experto y recogio el momento

TEXTO PLACA

A D. FRANCISCO RONCERO ALBA.
En reconocimiento a la fructífera y positiva labor realizada en los años 1960 y siguientes en el Seminario Menor de Coria.
Sus antiguos alumnos y Asociación LA MICHELA
Coria, 14 de agosto de 2010

PUNTO DEL ACTA DE LA ASOCIACION LA MICHELA, del 11 de agosto, DONDE SE RECOGE EL NOMBRAMIENTO COMO SOCIOS DE HONOR DE AMBOS HOMENAJEADOS:
3.-CONMEMORACIÓN ESTE AÑO 2010 DEL 50 ANIVERSARIO DE LA DENOMINACIÓN “CORIA 1960”
Se acuerda, conforme a la propuesta del pasado año, que la reunión que tendremos el día catorce del corriente mes de agosto tenga especial relevancia por ser el cincuenta aniversario de lo que hemos dado en denominar “Seminario Coria 1960” y que fue el punto de partida de lo que posteriormente ha fraguado en esta ya constituida Asociación cultural.
El acontecimiento que pretendemos que tenga singular relevancia es el que, precisamente, nos ocupa: el homenaje a dos personas que están todavía entre nosotros y que nos han honrado ambos con su presencia: ellos son D. CEFERINO MARTÍN CALVARRO Y D. FRANCISCO RONCERO ALBA, que marcaron una época y que, en suma, fueron dos de nuestros profesores y superiores . Y a favor de quienes se ha tomado el acuerdo de ser considerados MIEMBROS DE HONOR, si así lo aceptan, de esta Asociación cultural. Todo ello en reconocimiento a los méritos que, entendemos, tuvieron ellos y proyectaron en nosotros y que se plasmaron en educación, enseñanza y, creemos, sobre todo en una incipiente y luego consolidada apertura de mente y de la que ellos fueron portadores.

Entrega por Mª del Amor Moreno
de un ramo de flores a la esposa de D. Francisco Roncero Alba

Intervencion de Dña. Luisa Duran, si recibimos sus palabras impresas las colocaremos oportunamente. hasta entonces esperaremos al video.

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El acto termino como estaba previsto con un poco de retraso sobre el horario anunciado; pero se desarrollo en un ambiente de mucha atencion, resulto un escenario muy idoneo para el objetivo que buscabamos y agradecemos desde estas lineas el esfuerzo que supuso para el ayuntamiento el habilitarlo en un dia no lectivo.

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